LA VIHUELA MÁGICA
Cuentos
Traducidos del castellano por Gerhard Giesa
Cuentos
Traducidos del castellano por Gerhard Giesa
"Die magische Vihuela" Editorial Vier-Viertel-Verlag, Viena, Strasshof 2005. Von Frau Dr. Sidonia Binder, Presidenta de la Sociedad de Escritores Austriacos (Ö.S.V.), Viena. Oktober 2009.
Editorial Vier-Viertel-Verlag 2005
ISBN 3-902141-15-8
ISBN 3-902141-15-8
Crítica de Sidonia Binder
Presidenta de la Sociedad Austriaca de Escritores (Ö.S.V., Österreichische Schrifsteller Verein.
Más que nunca hoy nos atrae lo mágico. Los accesos a ello son, de acuerdo a lo supuesto, diferentes, incluso contrarios.
Sobretodo si esperamos suspenso por medio de agradables escalofríos, por un lado, y un argumento lúgubre, por el otro, y, asimismo la transformación hacia lo bueno y el hechizo benévolo concertados con lo mágico.
De los quince relatos contenidos en este volumen, el que lleva el título del libro “La vihuela mágica” nos transporta al tiempo de las persecuciones hacia el sur de la Estiria y anuda una relación angustiante entre Europa y Sudamérica.
Dorotea Niederl espera un hijo, cuyo padre, un noble de Oberradkersburg, niega su responsabilidad. Ella abandona Europa, para traer al mundo un varón en el Virreinato del Río de la Plata. Bautizado con el nombre Johannes se hace llamar Juan Nida. Después de la muerte de su madre viaja él a Europa y visita su ciudad natal de Oberrdadkersburg. El joven impresiona y subyuga a las mujeres como intérprete musical y pronto será identificado como “El trovador mágico”. El músico será calumniado –no sólo era esto común en el pasado- y acusado de que su música es producto de un pacto con el diablo. Como en aquellos años reinaba la superstición, la actividad de la iglesia en contra de la brujería era un hecho cotidiano. Por fin será finalmente será arrestado junto a tres brujas. Dos de ellas serán ajusticiadas en las hogueras y él salva la vida porque la inquisición considera que ha sido utilizado como un objeto por las fuerzas ocultas sin haber sido él conciente de lo que sucedía. Sin embargo, se juzga necesaria la quema de su vihuela, con el objeto de eliminar los poderes malditos que han anidado en el instrumento musical. Como si la destrucción de personas y materia pudiesen terminar con los espíritus del mal y sus efectos…
Absolutamente todo lo conocido es menester de cambio abrupto o parsimonioso, que la relativización coercitiva transforma toda clase de punto de vista, como en el cuento “Yo, la esfera”.
Una situación semejante es la que se presenta en “Sísifo y la relatividad”. Lo aparentemente imposible se torna factible a través del propio concepto de la transformación, que es el motor que conduce a lo viable.
Un papagayo parlanchín se torna una figura llamativa de proyección, dentro de la ambivalencia de cualquier relación, también de su propio egocentrismo.
Similar es asimismo el juego con el poder, el cual se proyecta en un tablero de ajedrez, como en el relato “Requiem para un rey”. Este nos enseña que el que no calcula la posibilidad de la derrota, será vencido en plena victoria. De acuerdo al campo visual en que este –el juego-ocurre, finaliza la relación en una separación.
En “Vivir de a poco” nos relata sobre la sensación fundamental en lo conciente de vivir y morir intermitentemente, en la perifería de una realidad soñada.
Los tres capítulos tomados de la novela “Flores para Agustina” son miniaturas de narrativa de delicadísima poesía sensorial y de una metafórica sutil que están relacionados entre ellos.
El silencio como factor de relación entre los seres actúa en “Tu llegada” como el bálsamo sobre las cicatrices; las heridas experimentadas y producidas por el ambiente anterior y fronterizas pierden intensidad y se tranforman en tolerable afonía. Ellas son transfiguradas en “consideración a la pareja”. La coexistencia se disfraza de concordancia. ¿Y el amor?
En el cuento “La transformación”, que sucede durante el comienzo del siglo XIX, en una región cercana a Judenburg, en la Estiria. Su personaje Herbert Dollfuß es motivo de un cambio de carácter perenne exento de dramatismo en un ambiente de saga. Aquí también son rituales mágicos los que superan el espacio y el tiempo y el personaje adquiere temporalmente el conocimiento absoluto. Lo que queda es la conciencia de la transformación, la escencia del mismo cambio.
El fantástico texto de “Un caso de mala suerte” hallamos un juego de autoanálisis, muñido de fino erotismo en el campo entre la realidad y la fantasía. Una variante similar encontramos en “El hombre simétrico” en el cual la relatividad es fundamental en el cuestionamiento del destino.
En los dos últimos relatos domina la representación realista. En “El arte de saltar” se trata de una muchacha que huye de la violencia diaria que reina en su familia. Ella escapa hacia un mundo imaginario, a un refugio invisible. Estamos ante una descripción estremecedora, rica en cuadros, dinámica, y, sin embargo, reservada, desprovista de exageraciones indeseables.
En “El Dios” somos testigos de la caída de un avión de pasajeros en la selva brasilera. El único sobreviviente es un actor de teatro al cual se le presenta la poisibilidad de una segunda vida. Rescatado por una tribu indígena como un dios, también sobreviviente a sus penas de su vida anterior, pero encarcelado en su papel teatral con un poder prestado.
El idioma de Lidio Mosca Bustamante es claro e intensivo. Se trata, sin dudas, de un autor que llama la atención.
Sus cuadros ofrecen una puerta a los pensadores analíticos y es un observador muñido de candidez y un visionario que no conoce límites.
No hallamos en él venganzas ni prejuicios, a pesar de la presencia de vagos pesares. Al contrario, en él existe una empatía decente y una preocupación por el semejante que están presentes en toda su obra. Nos queda la sospecha de qué manera ella –su obra- depende de la relación con su biografía, la que contiene sucesos de problemáticos y experiencias en suma dolorosas.
Es inevitable recalcar el incalculable gran valor que posee su fundamento ético.
Los lectores que conocen sus libros aparecidos hasta la fecha, ya sean en el “castellano-argentino” o en alemán, se deleiterán asimismo con los futuros que aparecerán.
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