20090718


UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE, PROF. DR. GUIDO RINGS, ESPECIALIDAD LITERATURA LATINOAMERICANA.

ESTA ENTREVISTA FUE PUBLICADA POR LA REVISTA BAQUIANA, EN MIAMI, FLORIDA, U.S.A. En SU ANUARIO DEL AÑO 2002-2003.


UNA RETROPERSPECTIVA FICCIONAL DESAPERCIBIDA
ACERCA DE 500 AÑOS DE CONQUISTA.

Entrevista de Guido Rings con el escritor argentino Lidio Mosca-Bustamante.
15 Septiembre 2.000




Lidio Mosca-Bustamante nació en Santiago del Estero, Argentina, en 1947. Estudió medicina y después de su doctorado se especializó en radiología. En España y Latinoamérica se le conoce como autor de diversos libros y artículos de radiología pero también como escritor de cuentos y novelas. A causa de su actividad política en contra de la dictadura militar argentina de los años setenta fue encerrado, torturado y forzado a emigrar en 1975. En Argentina y, en especial en su exilio austríaco, escribió cuentos, novelas, poemas y ensayos tratando diferentes períodos claves de la historia latinoamericana. Sus obras más conocidas son La Excusa (1981), Flores para Agustina (1991), las poesías « Cómo decir que no existes » ; « Extrañas voces » y otras que aparecieron en Bordes y Brújulas en 1994) El cuento « El loro parlanchín » publicado en las páginas culturales « Armario » del periódico « Uno » de la Ciudad de México en 1996. Los cuentos cortos « El hombre imaginario », « El hombre infeliz » y « La reencarnación » en el Boletín Literario « Colibrí » de la Ciudad de Viena, 1992 y el cuento corto « Follow-me » en la Revista « Fuentes », 1971, la novela La marca en la arena (1995).


Pregunta Nº1:

G. Rings: Señor Mosca, Usted es argentino pero ha pasado la mayor parte de su vida como escritor exiliado en Austria. Ya en 1974 aparecieron en la radio y televisión argentinas los cuentos por los que recibió el famoso premio Leopoldo Lugones. Más tarde, en Austria, publicó la colección de cuentos La Excusa, la novela Flores para Agustina, diversos poemas y, finalmente, su novela La marca en la arena. La mayor parte de sus obras ha sido traducida al alemán y ha ha gozado de muy buena crítica tanto por parte de la prensa argentina como de la austríaca. Sin embargo, hasta ahora su obra ha pasado casi inadvertida por las principales publicaciones académicas. ¿Cómo se explica este fenómeno?

Respuesta Nº1:

Yo mismo no tengo una explicación satisfactoria, pero sí una que me consuela: Es un hecho conocido que conseguir una editorial de prestigio y buena distribución es una ardua tarea. Hasta ahora me he hallado aislado, porque por un lado he trabajado como médico y recién hoy, que estoy jubilado por una lesión complicada de una raíz nerviosa lumbar, me dedico de pleno a la narrativa.
La canonización de los escritores responde a muchos factores. Yo no puedo responder por todos ellos. Pero sí es un hecho que también hay que tener paciencia. Hay que recordar que la canonización de los autores descubiertos tardíamente o post mortem es mucho más intensa que la de los que gozaron de fama en vida. Estos últimos se convierten en verdaderos mitos, y tal vez el error de no descubrirlos a tiempo se pague de esa manera. ¿Qué no daríamos por tener la oportunidad de entrevistar a alguno de ellos, de saber qué pensarían sobre esta u otra cuestión? Que a F.Kafka y a J.A. Rimbaud no los reconocieron en vida dice mucho, el primero es quizás el más importante prosista y el segundo el más importante lírico del siglo XX. Otro factor posible es que mi lenguaje literario es quizás extratemporal y que pertenezca yo a aquéllos que todavía hay que descubrir. ¿Será que pertenezco al llamado “underground”? De todas formas me siento conforme conmigo mismo, sé que tengo mucho por decir y que por mi formación médica, humanista y bastante sinólogo poseo una fuente que descansa en sí misma. Y esa fuente está en permanente movimiento, como diría Heráclito.


Pregunta Nº2:

En los últimos diez años y, en especial, en su última novela La marca en la arena destaca su interés por la Conquista de Latinoamérica. ¿Por qué? ¿Cuál es su opinión acerca de las diversas conmemoraciones oficiales del Quinto Centenario ?


Respuesta Nº 2:

Se ha festejado ruidosamente un hecho histórico que significó el agrandamiento y enriquecimiento de un Continente y la ruptura y empobrecimento de otro. Creo que más que fiesta hubiera sido más acertado un acto de contrición. Después de los 500 años es tiempo de señalar claramente cuáles han sido las ventajas y las desventajas del 12 de Octubre de 1492. Nos quejamos de que la biblioteca de Alejandría fue quemada por orden del califa Omar en el siglo VII a.C., pero ni siquiera nombramos que miles de libros mayas cayeron a las llamas de la inquisición colonial. Lo trágico es que recién hoy se ha descubierto que los signos mayas son verdaderos textos de un lenguaje y que en las paredes y escalones de los templos está escrita parte o toda su historia.
Una de las razones por la cual un escritor narra es que desea explicarse a los demás. El narrador siente la premura de dar su opinión sobre los grandes sucesos de este mundo. Se oye frecuentemente el reproche de que muchos escritores son pesimistas. Yo digo... ¿Con qué derecho se pretende que los escritores sean optimistas en un mundo en el cual cada seis meses tenemos un conflicto bélico de tal envergadura que los periódicos aseguran que podría ser el inicio de la 3ra. guerra mundial?
Es por ésto que el escritor narra, para explicar su punto de vista. Esta intención de explicarse a sí mismo y a su entorno no es otra cosa que justificar ese punto de vista distinto. En el caso de la ex-colonia sucede que el territorio pos colonial sigue dependiendo económicamente, pero en un momento dado de la historia la dependencia a nivel cultural se diluye. En el campo cultural surge un movimiento de espíritu independiente. En el caso particular de América Latina. la cual contiene grandes territorios desprotegidos económicamente, la cultura distinta asume la responsabilidad histórica, por así decirlo, de mostrar y de explicar a través de otra literatura, de otras músicas y de otras danzas que ellos ya no son los otros. Esta nueva forma de ordenar las notas musicales y de contar historias es un certificado de identidad propia. Y este hecho contradice la creencia tan común entre los colonizadores de que los territorios pos coloniales no pueden administrarse a sí mismos, porque de alguna manera son un caos. Ese caos es consecuencia de los desgarres coloniales, y de ese mismo caos el creador pos colonial encuentra la materia para su obra. En los últimos 15 años la dependencia económica parece ser absoluta y definitiva. Los pueblos del tercer mundo han perdido ya todas las esperanzas, pero nadie se atreve a decirlo a voz llena. Pero no pasa lo mismo en el plano cultural. En el caso de Argentina el tango es un ejemplo claro, hace más de cien años que esta música, junto al folclore, caracteriza al país, es decir, que se cuenta con un ritmo definido que define una identidad. Otro tanto es la cumbia en el caso de Colombia o la samba en el caso del Brasil. Será lo que llaman la razón pos colonial.
El Quijote de la mancha surge en el siglo XIII. El Cantar del Mío Cid en el XII, es ésta una época en que la hispanidad buscaba afirmarse frente a la ocupación árabe en la lucha por la reconquista. El arquetipo ibérico había sido hallado y elevado al culto del héroe. Si el Quijote fue mera imaginación y su finalidad era burlarse de la novela de caballería el Poema del Mío Cid cumplía con la tarea de narrar una historia que era verdadera, pero modificada según los deseos de la comunidad.
“La marca en la arena” es de alguna manera un homenaje al Martín Fierro, de Hernández. Yo elegí el nombre de Mariano Cruz haciendo alusión al compañero del Martín Fierro. El contexto histórico es totalmente real y los personajes son ficción, pero podrían haber sido ciertos... o tal vez lo han sido y no lo sabemos. O lo sé yo, que soy el autor, y lo callo. Lo cierto es que lo que interesa es la historia y el alma de sus personajes.


Respecto al rol femenino de Latinoamérica al cual alude el prof. Hölz en su obra Das Fremde, das Eigene, das Andere. Die Inszenierung kultureller und geschechtlicher Identität in Lateinamerika es, al parecer, un aporte de valor. Lamentablemente no he podido conseguir este libro. Y quisiera contar con él para dar una opinión concreta. El Prof. Hölz goza de mi admiración. Ese rol femenino de Latinoamérica, entiendo yo, ha sido elegido por el poder colonial. Es decir, que España necesitaba colonias de comportamiento de entrega. Si lo entiendo bien, claro es que el centro colonial precisa la pasividad de sus colonias. En los grandes centros del Caribe y del norte de Sudamérica, regiones en las cuales las grandes culturas tuvieron que entregarse a la violencia del conquistador es así. Más hacia el sur, en la zona de la pampa, cambian un poco las cosas. Los indígenas de ésta zona no tenían una alta cultura que perder. Por otro lado, ellos no se entregaron ni al conquistador ni a los blancos que los continuaron en el poder. Por esto allí faltan las razones para adoptar un rol femenino. El gaucho, personaje central o pilar mismo de la argentinidad cree que en el “deber” de luchar con el cuchillo. Evita las armas de guerra porque estas “no son para verdaderos hombres”, cosa que no sucede en varias zonas del caribe, en las cuales defenderse o atacar con un revólver no es ninguna deshonra. Además si el hombre del Caribe se identifica por mimetismo con el gallo el del sur lo hace con el caballo. Se ve que el panorama es otro. Y las obras literarias centrales del gauchismo son muy masculinas: El Martín Fierro y el Don Segundo Sombra. Y sin dudas también el Facundo Quiroga de D.F.Sarmiento, aunque está impregnado éste de la crítica al personaje histórico.

Pregunta Nº 3:

¿Qué autores, filósofos y ensayistas le han ayudado a desarrollar su estilo literario? Y según estas influencias, ¿bajo que corriente literaria clasificaría Usted su obra?

Respuesta Nº 3

Lao Tsé es el filósofo que más ha influido en mi pensamiento, también Heráclito. Porque todas las corrientes europeas fueron un continuo con origen en el lejano oriente. Desarrolladas más tarde por Hegel y los filósofos sociales positivistas, incluyendo a Marx y a Engels. Lo esencial llegó entonces desde el país de la seda y de la India. El cientificismo europeo le añadió las matemáticas que el tiempo exigía.
No puedo decirle cuales han sido los escritores que han influido en mi estilo, pero sí puede decirle que son muchos a los que admiro, tantos, que no podría nombrarlos. Cometo la insensatez de nombrarle algunos: todos los latinoamericanos del llamado boom: Roa Bastos, Horacio Quiroga, García Márquez, M. A. Asturias, A.Carpentier, Juan Rulfo, Ciro Alegría, J. Cortázar, E. Sábato, J.Icaza, R. Arlt, O.Girondo y algo menos J.L.Borges. De los europeos: M.Proust, A.Camus, J.P.Sartre, F. Dostoyewski, H.Hesse, L.Tolstoi, L.Pirandello, F.Kafka, J.Joyce, O.Wilde etc.
En otro campo están ubicados los que yo llamo cirujanos del espíritu, como lo son M.L.von Franz y E. Drewermann. Y no quiero nombrar a todos los que hicieron grande al sicoanálisis.
La definición de De Toro que usted menciona sobre literatura pos colonial es muy respetable, estoy de acuerdo con ella. El colonialismo ubica a Europa como el centro de la verdad filosófica y geográfica, pero ésto es un mecanismo infantil, ya que todas las culturas del mundo ubican al centro de la tierra en sí mismos. Ello habrá tenido un sentido más o menos real cuando Roma era Roma y el resto nada (en la propia Europa sin contar con Grecia). Desde luego que hay que modificar ese pensamiento. El centro del mundo va variando según el tiempo y se halla en todas partes y en ninguna. También el comentario de Mignolo me parece muy válido. Esa polaridad entre civilización y barbarie fue una cosa durante la colonia, fue otra en la época de J.D.Sarmiento y es otra muy distinta en la actual. Porque, para mí, de acuerdo con J.P.Sartre „el hombre es lo que hace“. Y el bárbaro no es otro que aquél que practica la barbarie.

Pregunta Nº 4:

Según Usted, ¿cúal es la función esencial del escritor contemporáneo?

Respuesta Nº 4:

Yo estoy de acuerdo con Carpentier, y desde luego que el quehacer de la literatura latinoamericana (la buena) está abocada a “mejorar lo que es”. ¿Cómo podría ser de otro modo? El escritor de América Latina tiene la impresión de que los graves inconvenientes con los que cuentan los habitantes de la región son los efectos de la colonia. Es verdad que se podrían haber hecho mucho mejor las cosas, pero allí ha quedado montado un caudillismo transador y más comprometido con los de afuera que con los de adentro. Desde ese punto de vista tampoco hay que empañarse los cristales de los lentes con el pasado de un colono perturbador, y ser ciego ante una realidad de corrupción de la más genuina fabricación nacional. Yo creo que ha llegado el momento de no dispersar la atención, los problemas actuales van a comenzar a solucionarse en la medida que los de adentro no se presten a la corrupción.
La humanización de la sociedad en América Latina es de necesidad urgente. En Argentina ya ha habido algunos cambios en estos sentidos. Pensemos que se puede obtener humanización ahí donde las condiciones están dadas para ello.
Seguro que, como dice E.Sábato la intuición y la razón interaccionan entre sí. Personalmente estoy seguro de que la intuición juega un papel más importante que la razón cuando el escritor anda a la búsqueda de lo que percibe o desea el inconsciente colectivo. Es más, antes del percibir, sentir, imaginar y crear está el soñar. En ese amplio y profundo campo que es el sueño comienzan a mezclarse las experiencias de la realidad con los deseos, con los temores y todos los sentimientos que poseemos, incluso el odio. El sueño es un trabajo, un trabajo de enorme belleza y de gran productividad. Y lo maravilloso de él es que no “lo hacemos”, sino que “él mismo se hace”.
Es así que el escritor debería poseer otro conocimiento que el del político. Su función se parece a la de un chamán, porque habla con los vivos y los muertos, entierra el dolor y hasta hace renacer de las cenizas a los espíritus del pasado. Por éstas funciones es que gran parte de la masa no sabe cómo comportarse frente a él, ella no sabe “qué sentir" frente a este medium que hace malabarismos y del que se cuenta que lleva en su galera las historias más agradables de oír, pero también muchas otras que muchos no quisieran oír ya más.

Pregunta Nº 5:

Teniendo en cuenta su orígen argentino y sus decadas de residencia en Austria, ¿se considera Usted un escritor argentino, latinoamericano, austríaco, europeo, cosmopolita o, sencillamente, escritor?

Respuesta Nº 5

Soy un escritor argentino que por razones del destino también se siente cosmopolita. Y además, cómo negar que he recibido mucho de Austria. Creo que el ser humano juzga en primer lugar con los sentimientos y en ese sentido tuve muy buenas experiencias. Debo tener en cuenta que Argentina no fue un país fácil para mí. El daño espiritual y físico que me causó fue incalculable, y sin embargo la quiero (cómo lo dice el tango). Argentina no es fácil para nadie, para nadie que esté ubicado en la zona media y baja de la sociedad económica. Por otro lado, en Argentina soy respetado como médico. He publicado allí varios libros de la materia y el último de ellos me da grandes satisfacciones desde hace unos 15 años, porque tiene muchos lectores. Además tengo allá excelentes amigos desde toda la vida.
Pero yo sueño con un planeta sin límites geográficos, me gustaría mucho poseer un pasaporte universal, tal vez ello sea posible cuando tengamos que diferenciarnos de nuestros vecinos extraterrestres. Justamente he comenzado a trabajar en una novela que si se quiere se podría definir de ciencia ficción. El personaje principal se mueve de planeta a planeta y tiene uno de esos pasaportes.

Pregunta Nº 6:

Vamos a centrarnos en su última novela La marca en la arena, en la cual destacan tres personajes: Mariano Cruz, Américo Cruz y el Dr. Merino. El médico Merino demuestra una actitud relativamente distanciada acerca del protagonista quijotesco Américo Cruz, descendiente del liberador idealista Mariano Cruz. Merino observa más bien que actúa, evalúa las situaciones con la razón en vez de dejarse guiar por el instinto, como los Cruz. ¿Hasta qué punto hay aquí semejanzas con el médico y autor Lidio Mosca-Bustamante?

Respuesta Nº 6:

Evidentemente Merino se mantiene alejado de Mariano Cruz, y en realidad se mantiene alejado de la aventura. Es que hay que considerar que Merino es un hombre de cierta edad y que ya ha hecho gran parte de la experiencia que otorga la vida...los personajes de la novela son distintas personas tomadas en ciertos momentos de sus vidas. Creo que para crear personajes hay que desencarnarse, y parte de la creación es crear figuras que sean independientes del autor, pero no creo que yo lo haya logrado en esa novela. Merino tiene algo de mí, pero mucho menos de lo que se puede creer al ler la novela.

Pregunta Nº 7:

En varias ocasiones el Dr. Merino acentúa su desdén acerca del “hombre común”. Así piensa por ejemplo que “es el hombre común el que emite juicios ligeros e irresponsables, el que hiere sentimientos y se siente feliz de hacerlo. Ser un hombre común no significa solamente ser pobre en conocimiento sino pobre de sentidos. ” Más tarde Merino habla de “analfabetos de los sentimientos”. Estos pensamientos me recuerdan a las ideas de los ateneístas mexicanos, reflejadas muy claramente por Martín Luis Guzmán en La querella de México y en El águila y la serpiente. ¿Es posible que esta corriente haya influido al Dr. Merino y al autor Dr. Mosca-Bustamante, o es que se trata aquí de desarrollos completamente diferentes de una filosofía americana?

Respuesta Nº 7:

La actitud de Merino frente al „hombre común“ surge posiblemente del temor que el personaje siente frente a ciertos grupos humanos que, como su pregunta lo considera, son capaces de herir sentimientos y de sentir felicidad al hacerlo. No olvidemos que en la guerra han sido muchos los ejemplos de seres humanos que poseen una formación intelectual alta y que no vacilan en gozar con el sufrimiento que ellos mismos provocan en los otros. Porque en última instancia, lo que decide el comportamiento frente al dolor del otro es el corazón, el sentimiento. Y aquéllos que no pueden sufrir con los otros están faltos de esa capacidad. Esto es lo que quiero decir con aquello de „analfabetos de los sentidos“.
Yo le doy una gran importancia al instinto. Si hay alguna semejanza entre el personaje Merino y mi persona, claro es que no es casual. Sin embargo, el personaje Merino ha renunciado casi por completo al instinto, él es un ser casi exclusivamente racional. Yo nunca he renunciado a este medio tan útil para obtener conocimiento y tan necesario para vivir. Estoy convencido de que la esfera sensitiva del ser humano tiene tanta o quizás más importancia que el pensamiento de cálculo frío. Y aprovecho para decirle algo que para mí tiene una enorme significación: Si Descartes dijo “Pienso, luego existo” yo siento la necesidad de afirmar que a la existencia se la siente y que después se la piensa. Por eso es que, para mí, el concepto tiene que ser: “Siento, luego existo”. No sólo los seres humanos sentimos que existimos, sino también los animales. Porque si el animal no fuera consciente de su existencia no escaparía frente al dolor o al peligro. Ya ve usted entonces el valor que contiene para mí el concepto del instinto.
El médico Merino se mantiene alejado de Américo Cruz, y en realidad se mantiene alejado de la aventura. Es que hay que evaluar también que Merino es un hombre de cierta edad y que ha hecho su propia experiencia... los personajes de la novela son simplemente distintas personas tomadas en ciertos momentos de sus vidas. Y respecto a Sábato claro es que estoy de acuerdo con su concepto de instinto y razón, porque a veces son absolutamente inseparables, sobretodo cuando actúan correspondiéndose.

Pregunta Nº 8 :

¿Diría Usted que Américo Cruz es un Don Quijote moderno?

Respuesta Nº 8:

Sí, Américo Cruz es un quijote moderno. Lo es en el momento en que abandona todo y va detrás de una utopía, que es una de las ideas centrales de la novela. Pero deja de ser un Quijote cuando comprende la realidad y regresa a su país sin haber conseguido lo que anhelaba, la indemnización económica para América Latina en concepto de lo que había perdido durante la colonia. Además aclaro que Merino tiene algo de Sancho Panza, porque es un hombre que solemos llamar “práctico”. En realidad Sancho Panza está interesado en las promesas económicas del Quijote, y por eso va con él. Sancho Panza es así por naturaleza. Pero sabemos que Merino no siempre ha sido así...
La novela fue publicada en el año 1995 y tres años más tarde distintos grupos humanos materializaron la idea de exigir que se los indemnizara por los daños que les habían causado durante la segunda guerra mundial. La utopía de la novela dejaba de ser tal. Pero aclaro que nunca creí que ello fuera posible, ni tampoco esa era la intención de la misma.

Pregunta Nº 9:

La presentación de Mariano Cruz permite diversas interpretaciones. Con su entrega a la lucha heróica y al profundo amor por su mujer parece un personaje muy ambiguo. ¿Hasta qué punto lo ve Usted más bien como héroe o como antihéroe?

Respuesta Nº 9:

Mariano Cruz no es un héroe clásico justamente por su ambigüedad. Sucede que yo quise un personaje para el cual el hecho de amar fuese tan importante o quizás más que el de luchar. El héroe clásico es aquél que está obsesionado por la idea de su triunfo en el combate. Mariano Cruz cumple con ese objetivo y muere a consecuencia de las heridas que le producen en la batalla de Maipú. Pero sí, Mariano Cruz es ambiguo porque le cuesta renunciar al amor, a la vida.
El Martín Fierro, que se niega a ir a la guerra contra los indios, también se queja de haber perdido a su mujer y sus hijos a causa de esa guerra. Quise un personaje más débil que el héroe clásico, el que por lo general toma al amor casi como a un pasatiempo secundario entre batalla y batalla.

Pregunta Nº 10:

La psicología cognitiva de Jung, al igual que las ides básicas del behaviorismo y otros corrientes han influido en el desarrollo y la interacción de las figuras de La marca en la arena. ¿Qué papel interpretan aquí los estudios de medicina del autor?

Respuesta Nº 10:

Jung hizo un aporte muy grande al definir el inconsciente colectivo. Aunque el sicoanálisis irrumpió tardíamente en la historia de las ciencias él ha revolucionado la cultura humana. No olvidemos que el movimiento surrealista fue una consecuencia directa del descubrimiento del inconsciente. Y él sigue influyendo hasta hoy al arte en general. Es interesante que contamos con métodos muy antiguos para el estudio y tratamiento de las enfermedades corporales y que durante miles de años no sabíamos de la existencia del inconsciente. Sé que mi profesión de médico ha influido mucho en mi formación y creo que es una gran ventaja. Pero además del conocimiento cientificista no hay que cerrarse antes las enseñanzas que aporta China y la India, pero teniendo mucho cuidado para saber qué es lo que vale y lo que debe descartarse. Dentro de unos cincuenta años llamará quizás la atención de que las enseñanzas de occidente y oriente estaban tan separadas.

Pregunta N° 11

El uso del “tú” como perspectiva narrativa es una característica muy llamativa de su novela. ¿Se siente Usted en este respecto muy influido por modelos literarios como La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes o El caldero de oro de José María Merino, o es que hay más bien una conexión directa con sus estudios de psicología?

Respuesta Nº 11:

No existe relación ninguna con las obras citadas. Es que al escribirla me pareció que era la forma más adaptada para esta novela.

Pregunta Nº 12:

Por una parte hay que tomar en cuenta la base psicológica de su novela, y Usted mismo ha mencionado en otra entrevista que todos los personajes de La marca en la arena son ficticios. Por otra parte, no se puede negar que esta novela tiene un trasfondo histórico esencial. Aparecen Cortés y Pizarro, y los lugares y procesos de la Conquista e Independencia que presenta parecen muy realistas. ¿Cómo definiría Usted su novela, como novela histórica, psicológica o simplemente realista?

Respuesta Nº 12:

Yo puedo decir que el trasfondo histórico de la novela es real, lo es a partir del momento en que así lo creemos. Aunque la historia siempre es cuestionable, yo parto desde el convencimiento de que ese trasfondo sí es real. Lo quise así, porque hice la experiencia de superponer a ese trasfondo sí es real un argumento de ficción, con personajes de ficción. Es como decir, lo que pasó lo sabemos y a partir de lo que sabemos quiero escribir una novela conjetural, de ficción, o si se quiere de mentira.
Ahora bien, ese pasado real le otorga al relato el carácter de posible, porque si lo que sucede en el presente no está en contradicción con el pasado histórico, si lo que narro parece ser un resultado lógico o una continuidad más o menos válida lo que hago es demostrar que podría haber sido así. Armo un mundo que yo deseo, en el cual los personajes no hacen sino cumplir con un destino que parece ya casi determinado por aquél pasado. La irrupción de la ficción también cumple con el deseo de decodificar la historia, de tratar de mantener el centro de la historia de este lado, en el lado donde han sucedido (Latinoamérica) y no fuera de él.
Hay que tener en cuenta que en lo que llamamos razón colonial surge del precepto de que el colonizador traza el axis mundi en el centro mismo de su reino. En nuestro caso, España no sólo era el poder económico sino que representaba toda la cosmogonía religiosa del cristianismo. Ella era también la imago mundi y la razón sacrosanta. No sólo jugaba ella a la explotación sino también a la misión de la cristiandad. La religiosidad de España sentía que estaba fundando otro Nuevo Mundo. De ahí que tuvo que destruir el acervo cultural indígena, porque donde ya existe un mundo no se puede fundar uno nuevo. Y para poder destruirlo fue menester primero declararlo endemoniado. El Nuevo Mundo sintió entonces la necesidad de recrear ombligo su propio y dejar de ser la periferia del Viejo Mundo. El antiguo centro, el ombligo colonial ya no puede solucionar ni entender las cuestiones de la nueva cultura. Ésta ya no es periferia, porque como dijo Ortega y Gasset: “yo soy yo y mi circunstancia”. Ese es un proceso natural, la mayoría de las culturas creen o están convencidas que el centro del mundo forma el eje de su propia existencia. Aunque los lazos con la colonia continúen existiendo, pero ya son otros.
Tanto Merino como Américo Cruz no se traicionan a sí mismos y eso es lo importante del relato, para mí. Lo que pasa es que yo creo que en esa novela suceden muchas cosas, y no se puede decir a veces con facilidad qué es lo que prevalece. Pero evidentemente unos de los sucesos más importantes de la parte de ficción es que los personajes principales huyen de la corrupción, cada uno a su modo, fracasan en cierto modo, aunque Américo Cruz regresa iluminado que es una forma de triunfar, pero no se traicionan a sí mismos. Este es quizás el mundo que yo deseo. Pero, aunque me interesa mucho el análisis sicológico de lo que leo y veo, prefiero no hacerlo con lo que yo escribo. Y prefiero dejar en manos de la crítica el ordenamiento de la novela en el estilo que ellos juzguen correcto. Yo la escribí sin tener en cuenta a ninguno de ellos. Pero sí creo que sus elementos coinciden bastante con la idea que Walter tiene sobre el “hiperrealismo posmoderno”.

Pregunta Nº 13:

La marca en la arena deja un mensaje claro que un psiquiatra resume para Américo Cruz con las palabras “La vida es para vivirla”. No es para el cultivo de las ideologías y mucho menos para la distribución de estas ideologías por medio de violencia que mata a la vida. Esta idea llega a su punto culminante cuando el psiquiatra afirma que si “la humanidad trate de resolver sus conflictos con la violencia es un síntoma de inmadurez”. ¿Pero no significa todo esto que la Conquista simplemente está al mismo nivel inmaduro (y a lo mejor inhumano) que el movimiento independentista latinoamericano, la revolución mexicana y la cubana? ¿No son todos ellos movimientos violentos llevados por algún tipo de idealismo?

Respuesta Nº 13:

Es evidente que la violencia de arriba, la colonial y la neocolonial son las que engendran la violencia de abajo. Yo, como tímido humanista, pienso en la enorme cantidad de víctimas que ha cobrado la lucha por la liberación económica en Latinoamérica y cuyos resultados son magros. En los años 50 y 60 había una esperanza. Pero por una razón del corazón no puedo evitar hacer un balance. Pensemos en Rusia, en Argelia, en Rumania y el resto de ellos. Es claro que en todos los movimientos de liberación hubo mucho idealismo, como fue el caso de Cuba. Sería más justo que ese idealismo fuera hoy una realidad. ¿Pero, cuál es la realidad económica regente actualmente en esos países? ¿Cómo decirle a los pueblos que han perdido millones de víctimas que lo intenten otra vez más y que se levanten en armas? Yo no lo haría. Por otro lado, la causa de la caída de los sistemas sociales de los países del este hay que buscarla en ellos mismos. ¿No es todo eso una gran lección? ¿No sería mejor intentar de otra forma? ¿No existe la posibilidad de que la conciencia del planeta entienda que con ese sistema egoísta en el cual los menos cada vez más tienen y los más casi nada tienen debe terminar? No olvidemos que en Europa el socialismo democrático y parlamentario ha alcanzado grandes progresos. Pero claro, ese socialismo cometió errores y sus detractores se aprovecharon. Yo no soy político de carrera, observo la realidad, y veo que por ahí está la solución de los problemas más graves. Pero habría que crear instrumentos de controles mucho más eficientes. La corrupción es un delito grave. El dinero del pueblo es el sudor del pueblo. Creo que el ser humano tiene la posibilidad y los medios para lograrlo.
En cuanto a la opinión del siquiatra en la novela: La opinión de los personajes no es en principio la misma que la del autor. Allí está la riqueza de la prosa. Si se supone que todas las figuras hablan por el autor, una novela sería un monólogo de una sola persona que está disfrazada de figura literaria.
Estoy convencido de que el político nunca duda de nada y que el intelectual siempre está dudando de todo. Esto no se da siempre, ni tampoco es una obligación, pero es el principio de las obligaciones de uno y del otro. El primero quiere imponer una idea y el segundo piensa si no está cometiendo errores.

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