Carta del Prof. Dr. Karl Hölz sobre La marca en la arena.
Univ.-Prof. Dr.Karl Hözl
Fachabereich II – Romanistik
Al Dr. Lidio Mosca Bustamante
2230 Gänserndorf-Süd
Trier, 14 abril de 2000
Como lo prometía te hago llegar mi opinión sobre tu fascinante libro “La marca en la arena”. Esta opinión se me presentó en forma espontánea. Antes de eso, te comunico que yo hallé tu obra fascinante. Existen varios motivos para eso. Uno de ellos es la construcción de la historia que juzgo muy interesante.
Las historias están tejidas en tiempos distintos y, sin embargo, poseen un centro en común. “La marcas en la arena” nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos. Al mismo tiempo nos abre distintas dimensiones que están presentes fuera de nosotros. Creo que esto no es un concepto que atañe no sólo a Europa y Latino América sino que también refleja nuestra propia humanidad. Nos marca y atraviesa fronteras en cada uno de nosotros y define, al mismo tiempo, el destino de nuestro quehacer para poder abandonar detrás de nosotros nuestro egocentrismo. Incluyo aquí los descubrimientos de los contenidos de tu novela para los lectores. Naturalmente, tratas tú temas que corresponden al espíritu presente: El tema de la conquista, de la identidad, de la soledad, del exilio, de la restitución y de la superación del futuro sin olvidar el tema del amor. Justamente en este sentido hay escenas emocionantes y conmovedoras, como ya lo demostraré.
Imagino que mucho de lo escrito sobre Merino está relacionado con experiencias personales autobiográficas. En la próxima oportunidad me gustaría hablar de esto contigo. Es quizá más correcto traducir: “Imagino que lo dicho a través de Merino está relacionado con experiencias autobiográficas”.
Encuentro fascinante la idea de que los personajes poseen caracteres simpáticos por el sólo hecho de fracasar. Las utopías y los deseos respecto al futuro forman parte de nuestros proyectos de vida. Si entendí correctamente podemos ver en Mariano Cruz y Merino dos tipos distintos que configuran al final seres complementarios. En ese sentido, Mariano Cruz es “un otro” de Merino. El utopista y el realista son sólo facetas de un solo ser que se presentan como contradictorio y heterogéneo.
Yo he leído obteniendo un enriquecimiento. En él se muestra que la historia de la conquista queda como fenómeno fragmentario. Merino lo hace y tú, Lidio. Lo has plasmado en el plano de lo metafísico para esos personajes y para el lector. Con relación a lo dicho encuentro muy lógico el salto hacia la esfera del tú.
En la obra se ve una apelación de los caracteres que está bien lograda. Yo espero que comprendas mis impresiones de la lectura y te halles de acuerdo con ella. Yo me alegraría si me llega respuesta tuya tuya. Quizá se presenta la oportunidad de que tú me hagas una visita en Trier.
En ese sentido me despido de ti con saludos amistosos y cariñosos.
Fachabereich II – Romanistik
Al Dr. Lidio Mosca Bustamante
2230 Gänserndorf-Süd
Trier, 14 abril de 2000
Como lo prometía te hago llegar mi opinión sobre tu fascinante libro “La marca en la arena”. Esta opinión se me presentó en forma espontánea. Antes de eso, te comunico que yo hallé tu obra fascinante. Existen varios motivos para eso. Uno de ellos es la construcción de la historia que juzgo muy interesante.
Las historias están tejidas en tiempos distintos y, sin embargo, poseen un centro en común. “La marcas en la arena” nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos. Al mismo tiempo nos abre distintas dimensiones que están presentes fuera de nosotros. Creo que esto no es un concepto que atañe no sólo a Europa y Latino América sino que también refleja nuestra propia humanidad. Nos marca y atraviesa fronteras en cada uno de nosotros y define, al mismo tiempo, el destino de nuestro quehacer para poder abandonar detrás de nosotros nuestro egocentrismo. Incluyo aquí los descubrimientos de los contenidos de tu novela para los lectores. Naturalmente, tratas tú temas que corresponden al espíritu presente: El tema de la conquista, de la identidad, de la soledad, del exilio, de la restitución y de la superación del futuro sin olvidar el tema del amor. Justamente en este sentido hay escenas emocionantes y conmovedoras, como ya lo demostraré.
Imagino que mucho de lo escrito sobre Merino está relacionado con experiencias personales autobiográficas. En la próxima oportunidad me gustaría hablar de esto contigo. Es quizá más correcto traducir: “Imagino que lo dicho a través de Merino está relacionado con experiencias autobiográficas”.
Encuentro fascinante la idea de que los personajes poseen caracteres simpáticos por el sólo hecho de fracasar. Las utopías y los deseos respecto al futuro forman parte de nuestros proyectos de vida. Si entendí correctamente podemos ver en Mariano Cruz y Merino dos tipos distintos que configuran al final seres complementarios. En ese sentido, Mariano Cruz es “un otro” de Merino. El utopista y el realista son sólo facetas de un solo ser que se presentan como contradictorio y heterogéneo.
Yo he leído obteniendo un enriquecimiento. En él se muestra que la historia de la conquista queda como fenómeno fragmentario. Merino lo hace y tú, Lidio. Lo has plasmado en el plano de lo metafísico para esos personajes y para el lector. Con relación a lo dicho encuentro muy lógico el salto hacia la esfera del tú.
En la obra se ve una apelación de los caracteres que está bien lograda. Yo espero que comprendas mis impresiones de la lectura y te halles de acuerdo con ella. Yo me alegraría si me llega respuesta tuya tuya. Quizá se presenta la oportunidad de que tú me hagas una visita en Trier.
En ese sentido me despido de ti con saludos amistosos y cariñosos.
Karl Hölzl.
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